LA HAMACA EN EL PUEBLO ZENÚ
Según la leyenda zenú del origen de la
hamaca, recuperada por el profesor Wilfrido Mendoza Romero, Sajoto, al ser
designado como mozo andante encargado de vigilar la reserva de alimentos de la
tribu, se desvelaba en su bohío pensando en cómo protegerse al entrar a la
espesa selva.
Entonces recogió
bejucos y los entretejió y así surgió la jícara. Como era pequeña, fue a buscar
fibras más blandas que ató a estacas de guadua para entretejerlas en sentido
vertical y horizontal y así surge el chinchorro.
Después llamó a otros
indígenas para seguir buscando materiales y éstos trajeron fibras sacadas del
Camajón y Majagua. Sajoto le enseñó a cada uno y así nace la hamaca.
Vio Sajoto
que el néctar de estas fibras atraía a las mariposas, por lo que con la savia
del árbol de Ñipiñipi logró que se quedaran pegadas, así que el rocío de la
noche, el néctar de las fibras y las mariposas muertas destilaban gotas
multicolores que usó para teñir hamacas.